Día a día se multiplica la
cantidad de personas que no saben apreciar la vida. El respirar y estar
completos lo consideran algo que tiene poco o nada de valor. La vivimos con una
soberbia, como si fuera una afrenta, arriesgándola si pudiéramos conseguirla en cada esquina. Otros
intentan inclusive cada día quitársela de encima.
Y como así de rápido nos puede
cambiar la vida, hoy quiero enrumbar mis pensamientos por el camino del
agradecimiento y de la plenitud para vivir:
¡GRACIAS A LA VIDA QUE ME HA DADO TANTO!
La vida está en los pequeños
regalos envueltos de momentos y en los errores que moldan nuestro destino. Estamos
en la obligación de lograr que todos tengan una razón de ser, de vivirlos,
sobrevivirlo y supervivirlos para que luego logren capturarse en nuestra
memoria y no haya placer más invaluable que ir soltando suspiros y sonrisas
llenos de esos recuerdos.
De los más preciados regalos que hay en mi
vida son mi mami, mi abuelita y mi tía Nena. Mujeres valiosas que son capaces
de darlo todo por sus seres queridos. Guerreras incansables que me han enseñado
con cada acción, más que con palabras, que la vida es una constante lucha llena
de amor, paciencia y perdón.
Mi papá, mi hermano y mi primo(M)
son los hombres de mi vida, los tesoros con los que a uno lo premian. Cada uno
con su diferente temperamento, con sus
diferentes maneras de ser y vivir pero de los que, aunque nunca se los diga,
aprendo y aprecio cada acto de amor que tienen conmigo, sea una palabra de
aliento, una confidencia que me guardan o un consejo lleno de sabiduría.
Mis amigas, las muchas que me ha
regalado la vida pero sobre todo las pocas que realmente se han quedado en ella son ese
motorcito que me impulsa cuando, a veces, se me acaba la fuerza. Escucharlas con el corazón al relatar sus felices
y tristes experiencias, y saber que tienes vida para compartirla con las
mejores amigas del mundo es un motivo más para estar agradecida.
Extraños que invaden nuestra vida
misteriosamente, sin haberlos buscado, sin esperarlos para luego convertirse en
personas especiales cuyos actos bonitos marcan nuestro corazón. Los espacios perfectos,
la dulzura, sinceridad y cariño; los abrazos largos y fuertes, los besos que te
cosquillean por dentro y el tiempo corto o largo que nos dedican son manifestaciones de bondad. La vida son momentos, entonces tómalos.
La vida sí vale y hay que tenerla
como perla e gran precio. La vida es amor, entonces AMEMOS. La vida es riqueza,
entonces guardémosla. La vida es misterio, entonces escudriñémosla. La
vida es un duelo, entonces supérala. La vida es una canción, entonces
cántala. Si la vida es una tragedia, entonces enfréntala. La vida es una
aventura, disfrútala. La vida es suerte, entonces VÍVELA.